- No es cuestión de madurez (eso es más q evidente)
- Ni la diferencia de edades (contemplando "contenidos generacionales")
- Según Nico, es simple intolerancia a la ignorancia... y el aislarme momentáneamente, tal vez es por temor a decepcionarme de los que yo creía mi vivir diario.
- O como diría Madame de no sé que... “Cuando uno se halla habituado a una dulce monotonía, ya nunca, ni por una sola vez, apetece ningún genero de distracciones, con el fin de no llegar a descubrir q se aburre todos los días” . En mi caso sería el creer en mi efervescente amor por la apatía social y la misantropía... para evitar darme cuenta que me he convertido en "una más del montón" .
Ya no encuentro más razones para justificar el casi "fastidio" que tengo por la gente con la que conversaba siempre.